Fauna Urbana
Invertebrados
- Moluscos: Caracoles y babosas.
- Anélidos: Lombrices.
- Arácnidos: Ácaros y arañas.
- Crustáceos: Cochinillas.
- Insectos: Mariposas, escarabajos, saltamontes, grillos, mantis religiosas, libélulas, cucarachas, chinches, moscas, mosquitos, avispas, abejas y hormigas.
- Miriápodos: Milpiés y ciempiés.
Vertebrados
- Reptiles y anfibios: Rana común, salamanquesa, lagartijas ibéricas, culebras y algunas serpientes de agua.
- Aves: Paloma, cigüeña blanca, gorrión, avión común, lechuza, verdecillo, verderón, jilguero, etc.
- Mamíferos: Murciélago, musaraña, ratas y ratones.
Paseo Pedro Vargas
Construyéndose a costa de una parte del antiguo Llano de Jesús, en el límite con el de las Cruces, llanos que eran entonces ejidos del pueblo. El Paseo se interpuso entre la zona urbana y la ermita de Jesús, a la que dio un bello y florido marco. Quedó delimitado por el callejón de Jesús y la Redonda.
Hasta fines del siglo XIX estuvo dividido en dos partes longitudinales iguales, separadas por un largo banco de piedra. Una parte no se usaba, estaba abandonada y siempre llena de hierbas. La otra parte constituía el verdadero paseo, estaba limpia de maleza y adornada de acacias y paraísos (árbol del paraíso), que luego el Ayuntamiento de la Primera República sustituyó por naranjos, por corresponder este ornato al estilo de los parques andaluces y por un sentido práctico muy propio de entonces, ya que el Paseo podría autocostearse con la venta de las naranjas que produjese. Hacia 1880 el alcalde Pedro Vargas Muñoz hizo una notable reforma, quitando el banco central, dejando un solo paseo, poniendo los bancos laterales y arreglando los jardines. Pero la mejor reforma fue la de 1929, que consistió en poner el suelo de terrazo e instalar la portada de hierro que lo preside y el alumbrado. Entonces se le bautizó con el nombre del alcalde que lo engrandeció anteriormente: Paseo de Pedro Vargas Muñoz.
Actualmente se ha procedido a su remodelación y obras de mejora de su vegetación, además de instalar una fuente central al paseo y una serie de fuentes y bancos a las bandas laterales que dan al Paseo un aire de frescura y tranquilidad típico de los jardines andaluces.
En el paseo destacan varios de los árboles singulares de Posadas, como son la morera y una de las cuatro casuarinas, además de una serie de palmitos trasplantados desde La Sierrezuela.